Quino

Crecí leyendo a Quino, al cual en principio no entendía mucho ya que yo rondaba mi primer lustro, así que no entendía mucho de nada.

En casa de mi tía Ana abundaban las historietas de la sarcástica y ácida Mafalda, preocupada por la situación mundial, a la par de juegos con sus variopintos amiguitos y los discos de los Beatles, Manolito y su obsesión por el dinero, etc.

Pero lo que menos entendía eran las historietas de Quino, aquellas de humor gráfico y desgarbados personajes, hasta que tuve el discernimiento de poder comprender, muchos años después, de que se trataba de un humor ácido y hasta cierto punto cínico, profundizado en la miseria y el absurdo de la condición humana, sin limitaciones socio-económicas o culturales.

A pesar de esa visión pesimista de las cosas, sus personajes no carecían de ternura y me dieron muchas veces reflexiones importantes sobre la naturaleza del ser humano. A pesar de tantos años me sigue pareciendo muy actual, se nota que el ser humano no cambió mucho, y estamos hablando de 45 años atrás.

Encontré esta caricatura, la cual no conocía, a pesar de haber leído muchas de sus historietas, y quise compartirla con ustedes. ¿Una suerte de inspiración para El curioso caso de Benjamín Button?. Interesante...



Aquí les dejo el enlace de una de sus publicaciones relacionada a la gastronomía. Tipo genial.

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